Uno de los más hermosos recuerdos que tengo de niña son las vacaciones de verano, que nostalgia!.
Comenzaban para mi desde diciembre después de que se acababan las clases y se extendían hasta el día anterior al comienzo de las clases del siguiente año.
Desde que nací mis papás me llevaban al este de Uruguay, donde tenemos hermosas playas rodeadas por el Río de la plata y por el Océano Atlántico. La mayoría de los veranos los pasábamos en Piriápolis, Punta del Este, estos dos se encuentran en el departamento de Maldonado. También íbamos a La Paloma, Rocha, Atlántida en Canelones y así creo que me conozco al Uruguay de Norte a Sur y de Este a Oeste.
Hay muchas personas que hacen parte de esos recuerdos, pero desde siempre nos acompañaban mis abuelos Yiye y Coca dos amantes de los viajes, culturas, playa (aunque mi abuela no tanto) y claro que del buen comer.
Es en este período es donde comienzo a ampliar mi cultura alimentaria cambiando la carne de res que acostumbramos a comer en el norte del país (al igual que en todo el territorio) por alimentos de origen marino como pescados y frutos de mar, ya que en el este hay mas accesibilidad a estos.
Recuerdo que antes de cada almuerzo mi abuelo Yiye acostumbraba a comer aperitivos y no podían faltar los mejillones a la provenzal hechos por mi abuela Coca, con mejillones frescos de nuestra costa, con un poco de vino blanco, mucho ajo y perejil.
El aperitivo se compartía en familia y mi abuelo se negaba a recibir un "no me gustan los mejillones" como excusa para no comerlos por lo tanto nietos, hijos, nueras y yernos los comíamos hasta que nos enamoramos al igual que él por los frutos del mar.
Desde esos tiempos en mi familia una de las comidas que nos caracteriza es la Paella, esa preparación originaria de España donde se combinan el arroz con azafrán, cane de pollo (también cerdo) y muchos frutos de mar como mejillones, calamares, camarones, almejas, pulpos y más.
Claro que la acompañamos con un rico vino del sur de América Latina ya sea uruguayo, argentino o chileno. Entonces los 1 de mayo de cada año, feriado no laborable en Uruguay, mi familia se reúne para celebrar con una rica paella y la que se anima a prepararla como se debe sin que falte un solo ingrediente es mi tía Carmen.
Quiero finalizar diciéndoles que la comida representa unión, compartir con seres queridos, aprender a degustar nuevos sabores y comenzar a formar hábitos alimentarios, recordar momentos, entre otros sentimientos.
Respeta tus hábitos alimentarios y el de tus amigos, no permitas que te impongan cambios que no te identifican ni hacen parte de tus costumbres alimentarias!
Come rico, con moderación y cocina más, Feliz día!